En el mundo interconectado de hoy, el acceso a Internet ya no es un lujo, sino una necesidad vital. Sirve como una herramienta fundamental para la comunicación, la educación, la atención médica, el comercio y la participación cívica. Sin embargo, esta transformación digital ha creado una brecha.

La brecha digital representa la diferencia entre aquellos con acceso a Internet de alta velocidad y aquellos sin acceso. Esta brecha abarca disparidades en oportunidades, educación, perspectivas económicas e inclusión social.

El Internet por satélite desempeña un papel crítico en cerrar esta brecha al extender la conectividad a áreas remotas y desatendidas, nivelando el terreno de juego y asegurando que los beneficios de la era digital estén al alcance de todos, independientemente de la geografía.